Maestras en formación para un mundo en transformación ¿Por qué Cosmo está formando estudiantes de las Escuelas Normales de Antioquia?

Por: Daniel Ortega Sanmartín Gestor de Aprendizaje Escuela de Mentores de Cosmo 

Reafirmar las intenciones, recordar qué estamos haciendo y por qué: somos un movimiento que está transformando la educación en Latinoamérica, tenemos una Escuela de Mentores que está en expansión con ese mismo propósito.

Imagen: Valentina Cuervo Morales

En la Escuela de Mentores nos preguntamos cómo llegar a más mentoras, maestras y gestores culturales del mundo. Junto al equipo de Transformación educativa de Cosmo y con Manuel González Negrete, uno de nuestros mentores inspiradores (quienes ya han apropiado el modelo educativo y ahora inspiran a otros y otras con su práctica), diseñamos e implementamos una ruta en la que 42 normalistas superiores en formación de las Instituciones Educativas Normal Superior de Medellín y Normal Superior de Envigado lograron prototipar proyectos de aprendizaje que integraron los intereses, preocupaciones y pasiones de un grupo de estudiantes, la realidad de su entorno escolar y alguno de los cinco ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) priorizados por la Fundación Celsia, aliada en este proceso:

  • ODS 4: Educación de calidad

  • ODS 6: Agua limpia y saneamiento

  • ODS 7: Energía asequible y no contaminante

  • ODS 9: Industria, innovación e infraestructura

  • ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles

Nota sobre el lenguaje: en este texto, así como en nuestro movimiento educativo, nos hacemos preguntas sobre cómo nombrar. Por eso, jugaremos entre el masculino genérico, el femenino y el neutro. Es decir, en ocasiones diremos los ciudadanos, otras las ciudadanas y otras la ciudadanía.

Desde niño, siendo estudiante de la IENSA (Institución Educativa Escuela Normal Superior de Amagá), una idea ha acompañado mi mente: lo que pensamos, estudiamos e investigamos en la escuela debería estar conectado con las decisiones, procesos y sistemas de las comunidades a las que pertenecemos. Hoy encuentro, en el modelo educativo que diseñamos en Cosmo, un terreno fértil para que los proyectos creados entre estudiantes, maestros, familias y aliados respondan e impacten las realidades del entorno. Compartir esto con instituciones que forman maestras y donde también fui formado, me emociona profundamente. Con esa emoción, comparto algunas preguntas y claves de lo vivido:

  1. ¿Cómo lograr esa conexión entre la educación y el contexto real?

Partimos reflexionando sobre cómo las crisis globales (que inspiran el planteamiento de los ODS) se reflejan en cada contexto. A partir de imágenes del mundo relacionadas con estos objetivos, nos preguntamos: ¿Cuál se parece más a mi entorno? Esto permitió identificar, nombrar y elegir un problema local conectado con los ODS. Luego expandimos su contextualización:

  • Aplicamos metodologías como el árbol de problemas, explorando causas, consecuencias e ideas de solución a partir de hipótesis y saberes previos.

  • A través de entrevistas de empatía, grupos focales y encuestas, indagamos la percepción comunitaria del problema, la pertinencia del árbol construido y la validez de una posible intervención.

Con estos insumos, iniciamos el planteamiento de la ruta del proyecto, definiendo momentos de pausa, para observar y evaluar aspectos, como lanzamientos a públicos de interés que permiten la validación y retroalimentación de aliados o actores involucrados. Esta invitación a la evaluación constante convierte el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) en una oportunidad para cuestionar, aprender y vincular el contenido curricular al desarrollo del proyecto.

2. Sobre los ODS y la sostenibilidad:

En medio de la crisis climática actual, no hay conexión más honesta con la realidad que preguntarnos cómo lo que pensamos y hacemos impacta el planeta que sostiene todo lo vivo. Nuestra intención de promover culturas regenerativas se enlaza con la Fundación Celsia, su responsabilidad social empresarial y con Manuel Negrete, nuestro mentor inspirador, quien además se desempeña como gestor de educación ambiental en la Fundación Ambiente Biodiverso.

A cinco años de cumplir la Agenda 2030, el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible es insuficiente: solo un 15% de ellos es alcanzable. Frente a este panorama, propusimos a los maestros en formación la pregunta ¿Qué podemos hacer desde la escuela?, invitando a explorar enfoques como:

  • Conservación de los ecosistemas cercanos, mediante el reconocimiento y visibilización de la biodiversidad y nuestras relaciones con ella.

  • Gestión del riesgo frente a la crisis climática (derrumbes, inundaciones, golpes de calor, etc.).

  • Manejo de residuos sólidos y reducción de la huella de carbono, promoviendo elecciones de materiales con sentido.

  • Enfoques sistémicos que reconozcan las relaciones entre cuidado planetario, educación de calidad, innovación, mundo del trabajo y ciudadanía local y global.

Con ello promovemos una mirada práctica y realista, en la que nuestras acciones reflejan intenciones de cuidado y responden a las necesidades del contexto y las características de la crisis actual.

3. La ruta de un proyecto a través de las pedagogías activas:

Tras el planteamiento del problema y el análisis del pretexto temático (los ODS), invitamos a las normalistas a construir una pregunta orientadora para su prototipo de proyecto. Esta pregunta, idealmente, sería formulada por sus futuros estudiantes en un contexto real. Luego, proyectamos la ruta del proyecto, por ejemplo: 10 semanas, definiendo qué se hará en cada una para avanzar.

Para este diseño, aprendimos sobre pedagogías activas, la forma en que en Cosmo vivimos el aprendizaje: experiencias que pasan por el cuerpo, mantienen en movimiento físico y cognitivo, y favorecen la motivación y el aprendizaje significativo y profundo.

¿Cuáles pedagogías activas integramos y cómo podemos hacerlo?
  • El Aprendizaje Basado en Proyectos: ya hemos nombrado algunos elementos del ABP, una pedagogía que marca nuestro ritmo cotidiano, con la pregunta constante por cómo promover la participación protagónica de las estudiantes en la toma de decisiones, por el relacionamiento con la comunidad y por conectar el proyecto con contenidos significativos que me permitan transversalizar el currículo y observar y evaluar constantemente para seguir aprendiendo. 

  • Art Thinking: desde esta mirada, el arte, como plantea María Acaso, se vuelve una forma de hacer y no una cosa que se hace. Nos preguntamos: ¿qué mundo queremos narrar?, ¿cómo lo hacemos?, ¿qué materiales usamos? Así, acompañamos la creación con pensamiento crítico, reducimos sesgos y estereotipos, y transformamos el arte en una herramienta para pensar, comunicar, mediar e intervenir la realidad.

  • La pregunta: preguntar para provocar la curiosidad, fomentar el pensamiento de orden superior, desarrollar habilidades cognitivas complejas como el análisis, la evaluación y la creación (niveles altos de la Taxonomía de Bloom), para ir más allá de la memorización y guiar la indagación, ¿cómo pasar de preguntas fácticas y las preguntas cerradas, de sí o no, a preguntas para pensar?, preguntas que impulsen la argumentación y la formulación de otras preguntas para convertirse en investigadores y constructores de conocimiento.  

  • El juego: ¿cómo tomar elementos de los juegos: las reglas, los roles, el trabajo en equipo, las secuencias o pasos; para que nuestras experiencias posibiliten un aprendizaje natural, significativo y divertido en entornos flexibles? El juego para fortalecer habilidades cognitivas (como la resolución de problemas y el pensamiento divergente), socioemocionales (la cooperación, la negociación y el manejo de la frustración) y físicas. Al estar impulsado por la motivación natural y la curiosidad, el juego facilita la experimentación con conceptos abstractos, la apropiación activa del conocimiento, la indagación espontánea y la construcción social.

Integrando estos elementos, las normalistas propusieron en equipos 8 proyectos que serán implementados en sus instituciones y comunidades. Algunos de ellos son:

  • Simulación de sistemas de prevención de riesgos en el videojuego Minecraft con el grado quinto, para prepararse para gestionar la inundación de los salones del grado sexto que ocuparán el próximo año.

  • Creación de modelos 3D de especies de aves del bosque escolar para fortalecer el sentido de pertenencia y promover proyectos como senderos ecológicos.

  • Problematización del modelo educativo actual del colegio e ideación de un “colegio soñado”, investigando modelos educativos y comunicando los hallazgos mediante un mural que active la reflexión en la comunidad educativa.

Un docente impacta a más de 1.000 estudiantes en su vida profesional. Esto significa que cada normalista que participa en procesos de formación innovadora multiplica el aprendizaje hacia cientos de niños, niñas y jóvenes. Agradecemos esta oportunidad, enmarcada en el Deeper Learning Latam 2025, que nos permite seguir en movimiento y multiplicar, en diversos frentes, una educación que dice:

Todo es posible, si se imagina y se transforma.

¿Quieres explorar más contenidos de la Escuela de Mentores y aprender sobre nuestro modelo educativo? Escucha Por la Corriente, un pódcast de mentores para mentores, en Spotify y YouTube

Sigamos transformando juntas la educación. Conoce más de nuestras propuestas de transformación educativa aquí.