El gesto pedagógico en la cultura - Cosmo en la Fiesta del Libro y la Cultura.

"Habitar un espacio como la Fiesta del Libro y la Cultura no es un gesto menor para un colegio. Es reconocer que lo que sucede en la escuela tiene un lugar legítimo en el diálogo cultural de la ciudad".

Cada año, en septiembre, a Medellín llega una celebración esperada. Escritores de América Latina y el mundo, pensadores, artistas y ciudadanos se reúnen a celebrar que las historias existan y cobren vida en diferentes formatos. Con charlas, clases maestras, talleres de lectura y escritura, narraciones orales, presentaciones artísticas, encuentros de saberes y más, la Fiesta del Libro y la Cultura habita durante diez días la zona norte de la ciudad. Este escenario cultural, quizás uno de los más importantes de la ciudad, se convierte en la posibilidad del encuentro entre voces y en una plataforma que propone conversaciones, preguntas y reflexiones donde la imaginación, la literatura y la palabra son núcleo.

Dentro de esas múltiples formas, Cosmo ayuda a construir una casa. En la Casa de la Imaginación de Comfama, hogar de biblioteca, conversaciones, laboratorio, talleres y café, quienes hacemos parte de este entramado cultural y educativo de la ciudad sumamos perspectivas para dotar de sentido y significado todo lo que allí tiene lugar. Así, entonces, ocurre la magia. Habitar un espacio como la Fiesta del Libro y la Cultura no es un gesto menor para un colegio. Es reconocer que lo que sucede en la escuela tiene un lugar legítimo en el diálogo cultural de la ciudad.

Para participar de esta celebración, lo hicimos de diferentes formas. Como una invitación a conocer la secuencia didáctica que vivimos en el aula en Cosmo, llevamos nuestro taller Amuletos para la calma, un encuentro que fue también una excusa para hablar de nuestros temores y crear amuletos para acompañarlos. 

También, pusimos en el centro una conversación sobre el proceso creativo de escritura de dos estudiantes de Cosmo. Luna, estudiante de 7° en Cosmo Bello, y Juanita, estudiante de 9° en Cosmo Cristo Rey, se encontraron con Jorge Caraballo, periodista de la ciudad y papá Cosmo, para conversar sobre sus inquietudes al escribir, por qué lo hacen, qué las impulsa y cómo sus escritos son la expresión íntima de aquello que las habita. Durante una hora, dos estudiantes de Cosmo ocuparon el mismo lugar que ocupan múltiples voces referentes en América Latina y en la ciudad, conversaron sobre sus creaciones como las escritoras que son y le dieron valor a su creación literaria de cara a un público que estaba allí para escucharlas.

Como parte de la programación, también propusimos conversar sobre el cruce entre educación y cultura, tan vital para nosotros. Aquí, nombramos nuestra conversación El aula como espacio cultural, y conversamos entre Eduardo Corrales Restrepo, mentor en Cosmo Bello; Stefanía Rodríguez Campo, educadora y Responsable de Educación para la Vida en Comfama y Laura Domínguez Cardozo, gestora cultural y educativa en Cosmo. Con sus experiencias en el aula y sus visiones de una educación que proponga el acto educativo en relación directa con las expresiones culturales, comprendimos también cómo los espacios de ciudad son oportunidades pedagógicas, cómo una escuela que se piensa en relación con su entorno, es una que sale y propone preguntas y reflexiones de manera activa, y cómo seguir proponiendo una visión que ponga al mismo nivel de prestigio que una obra de arte las producciones intelectuales que surgen en las aulas.

Además, nuestros centros de experiencias se volvieron también escenario para vivir esta fiesta. Recibimos al autor mexicano Alejandro von Düben, visitante al evento por la comisión invitada de Jalisco (México), que se encontró con sus lectores del grado 6° de Barrio Colombia gracias al programa Adopta a un Autor. Como parte de nuestras alianzas con Lecturas Comfama, recibimos también a Pilar Lozano, escritora colombiana a quien los estudiantes de 4° de Cristo Rey estaban leyendo como parte de su plan lector, y con quienes conversó sobre sus preguntas, además de ver creaciones que estos pequeños hicieron a partir de sus lecturas.

Por último, apostando por un cierre de conexión e invitación a la lectura, el canto y el movimiento, acudimos al concierto literario de Volar para contar, un proyecto educativo y cultural de la ciudad que construye herramientas creativas para la primera infancia. Un concierto que fue también excusa para conocer los animales de Colombia, bailar en familia y cultivar la imaginación y la expresión propias como formas de vivir la literatura. 

Participar en estos escenarios es una reafirmación de la convicción que tenemos de que aquello que se construye en nuestros centros de experiencias es también susceptible de ser contado. Que en los mentores y estudiantes, como intelectuales y productores de conocimiento que son, habita la posibilidad de entrar en diálogo con las reflexiones de la ciudad. Y que la escuela es también un actor cultural cuyo lugar está en el corazón de los diálogos que dan forma al futuro de la ciudad.