Las jornadas escolares pueden condicionar el rendimiento intelectual, debido a que como seres humanos nacemos con un reloj biológico en nuestro cerebro que marca nuestros ritmos naturales, también conocidos como ritmos circadianos, los cuales determinan nuestro nivel de energía y productividad en las distintas franjas horarias.
Si eres una persona que suele concentrarse y rendir mejor en las horas de la tarde, posiblemente tu cronotipo sea un búho, una de las variantes que describe el nivel de adaptación a estos ritmos biológicos y que se caracteriza por tener un ritmo circadiano vespertino.
La jornada de la tarde tiene más beneficios en el aprendizaje de lo que comúnmente pensamos, aquí te contamos algunos.
¿A qué ritmo va tu cerebro?
El aprendizaje está regulado por procesos biológicos que realiza nuestro cerebro para la integración de conocimientos y depende también de factores cognitivos, conductuales y ambientales.
El ritmo circadiano es el ciclo natural de sueño y vigilia que experimenta el cuerpo humano a lo largo del día. En general, los jóvenes tienen una tendencia natural a ser más activos y alertas en las horas de la tarde y noche, y a tener dificultades para despertarse temprano por la mañana. Estudiar en la tarde se alinea mejor con el ritmo circadiano de los estudiantes, lo que puede mejorar su atención, concentración y rendimiento académico. Varias investigaciones evidenciaron este efecto mostrando que cuando un estudiante inicia su jornada escolar más tarde tiene un impacto positivo en su salud física y mental, así como su desempeño académico.
El Dr. Micheal Breus, autor de The Power of When, explica que estudiar de acuerdo a nuestro reloj biológico es la clave para rendir mejor, sobre todo en tareas creativas.
Una mejor concentración
Estudios han demostrado que la capacidad de atención y concentración de los jóvenes tiende a ser más alta durante las horas de la tarde. Esto se debe en parte a cambios hormonales y neurológicos que ocurren durante la pubertad. Al tener clases en la tarde, los estudiantes pueden estar más alertas y receptivos, lo que facilita su capacidad para absorber y procesar la información.
En la tarde, al cerebro se le facilita integrar nueva información y los estudiantes son capaces de crear conexiones y hacer que la información que han aprendido sea más significativa.
El aprendizaje más efectivo se da cuando el cerebro está en modo de adquisición, y esto ocurre por lo general entre las 2:00 p. m., y luego, desde las 4:00 p.m.
Según un estudio realizado por la Universidad de Sussex, en Reino Unido, los humanos procesan dos tipos de memorización a lo largo del día: semántica y declarativa. Las tareas de memoria semántica como integrar nueva información se realizan más fácilmente en la tarde.
En la tarde:
Los picos de energía se elevan
La mayoría de las personas están en su nivel más alto de alerta.
El ambiente es más tranquilo y sin distracciones.
Somos más creativos y abiertos a la discusión
¿Eres una persona de la mañana o de la tarde?
Cada estudiante tiene un ritmo de aprendizaje y una preferencia horaria diferente. Estudiar en la tarde brinda la oportunidad de adaptar la enseñanza a las necesidades individuales de los estudiantes. Algunos estudiantes pueden necesitar más tiempo para despertar y prepararse mentalmente para el aprendizaje, mientras que otros pueden ser más productivos y receptivos en la tarde. La flexibilidad en el horario puede permitir que los estudiantes elijan la hora en la que se sientan más alertas y listos para aprender.
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